Se encuentra usted aquí

Síntesis temática

El agua entendida como bien común representa parte de la riqueza colectiva de las sociedades, su seguridad y bienestar. El proceso de apropiación de este bien por parte de algunos actores sociales para su propio beneficio deviene en conflictos en los que unos pierden y otros ganan.

Un estudio de caso que muestra claramente los conflictos derivados por la apropiación y el manejo del agua es el que se desarrolla en el área conocida como Cercano Oriente, integrada por más de trece países y cuya población se estima en unos 215 millones de habitantes. En general, estas poblaciones no cuentan con la cantidad de agua suficiente para satisfacer sus necesidades diarias. Por esa razón, son frecuentes las disputas entre países debido a la inequidad respecto al acceso a este bien.

Aquellos países que se encuentran aguas arriba de las principales cuencas de la región – Tigris, Éufrates y Jordán – ejercen el control y la administración del agua de estas cuencas, impactando negativamente en las áreas cercanas y generando disputas por la desigual condición de poder en el uso de un recurso compartido.

La apropiación y lucha por el agua ha sido un elemento clave en la creación y consolidación del estado de Israel y uno de los problemas históricos entre palestinos e israelíes. La aridez de la zona y la necesidad de riego para el desarrollo de la agricultura en el territorio de Israel, fueron factores que incentivaron al gobierno a llevar a cabo numerosos proyectos para lograr el abastecimiento de agua.

La obra más destacada fue el Acueducto Nacional que tomó aguas del lago Tiberíades para proveer de este bien al sector más árido del país, el desierto de Neguev, ubicado en el límite con Egipto. Los Estados árabes de Siria y Jordania protestaron enérgicamente, pero Israel continuó con el emprendimiento, que contó con el apoyo de los Estados Unidos en el desarrollo de la infraestructura. Siria y Jordania respondieron con otro proyecto de utilización de los afluentes que confluyen en el río Jordán en el Líbano y en las Alturas del Golán. Esta meseta, muy rica en aguas subterráneas, está ubicada entre Siria e Israel.

Las tensiones crecieron y en 1967, Israel y Siria se enfrentaron en la “Guerra de los Seis Días”. Israel logró derrotar a sus vecinos y se apropió de las Alturas del Golán, lo que le permitió controlar toda la cuenca del río Jordán. El avance de Israel sobre otras áreas de buena disponibilidad de aguas subterráneas, como Gaza y Cisjordania, completó el escenario del conflicto.