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Síntesis temática

El Delta del Paraná es un extenso mosaico de humedales que comprende desde la localidad de Diamante, en Entre Ríos, hasta el Río de La Plata, ocupando una superficie de 17.500 km² y una longitud de 320 km. Se divide en tres regiones: el Delta Superior, desde Diamante a Villa Constitución (Santa Fe), Delta Medio, desde esta última ciudad y hasta Puerto Ibicuy (Entre Ríos) y el Bajo Delta, desde esa localidad entrerriana hasta el Río de La Plata. A los fines de esta propuesta se trabajará con la región del Delta Bonaerense para poder simplificar el proceso sin perder de vista las particularidades del caso.

La construcción del ambiente del Bajo Delta ha sido y es un proceso atravesado por distintos intereses y lógicas productivas, desarrollados por diversos actores sociales en cada momento histórico. Desde este punto de vista se pueden diferenciar cinco etapas sucesivas que representan rupturas y continuidades en la valorización del ambiente deltaico.

  • Primera etapa: la valorización de la oferta natural. Los primeros pobladores del Bajo Delta fueron los guaraníes quienes aprovecharon las características naturales del ambiente para la caza, la pesca y la recolección de palmeras de cocos. Algunas tribus sembraban maíz, maní y cultivaban árboles frutales. Durante esta etapa se introdujeron leves transformaciones a las características naturales del ambiente.
  • Segunda etapa: la valorización forestal. A partir del siglo XVIII el Delta bonaerense se insertó en el esquema de relaciones económicas y sociales del territorio colonial. Sin asentamientos permanentes de importancia, la valorización estuvo basada en la extracción directa de los recursos naturales, principalmente la explotación forestal desordenada y de forma marginal, la explotación de árboles frutales para el abastecimiento de leña y frutos a la ciudad de Buenos Aires, a través del puerto de Tigre.
  • Tercera etapa: la valorización frutícola. A mediados del siglo XIX, en el contexto de las transformaciones del modelo agroexportador, se produjo el poblamiento espontáneo del Bajo Delta a partir del asentamiento de migrantes europeos quienes fortalecieron la actividad frutícola, organizados en unidades productivas familiares. En esta etapa, el ambiente deltaico comenzó a transformarse a partir del desmonte y la plantación de sauces, álamos y frutales. La producción de frutos (manzana, ciruela, membrillo, durazno, pera, naranja, limón) destinado al mercado de la ciudad de Buenos Aires y comercializado a través del puerto de frutos de Tigre, modificó la estructura florística del paisaje natural.
  • Cuarta etapa: la valorización turística: Desde mediados del siglo XX comenzó la decadencia de la actividad frutícola en el Delta por la competencia con otras regiones que presentaban mejores ventajas comparativas. La crisis de esta actividad llevó al abandono de huertas y la emigración de muchas familias. Este proceso junto con la reconversión hacia la actividad forestal permitió el aumento del tamaño de las explotaciones y en consecuencia, el surgimiento de grandes productores. Los resultados económicos permitieron a las empresas incorporar mayor tecnología a la producción y realizar endicamientos para evitar inundaciones. Para sobrevivir, los pequeños productores combinaban la actividad forestal con el cultivo del mimbre, producto que se convertiría en uno de los símbolos de la producción local. De forma simultánea el Delta comenzó a valorizarse como recorrido turístico y espacio recreativo. Se comenzaron a ofrecer distintos recorridos en lancha y también, a construirse complejos recreativos, casas de fin de semana y embarcaderos. El Puerto de Frutos, que solía vender los productos de las islas, se orientó a la comercialización de productos artesanales de mimbre y otros bienes diversos, que si bien no son todos producidos en las islas, concuerda con la construcción simbólica del Delta a partir de la valorización turística.
  • Quinta etapa: la valorización inmobiliaria. En los últimos años surgieron algunos emprendimientos inmobiliarios en el marco del fenómeno de expansión de las urbanizaciones cerradas en el conurbano bonaerense. Las características naturales del Delta sumado a su posición relativa respecto de la ciudad de Buenos Aires, son los factores que favorecieron el surgimiento de proyectos cuya realización implica la trasformación de las características más esenciales del Delta. Este es el caso de los controvertidos emprendimientos Colony Park y la Isla, que prevén la modificación de cursos de agua y la elevación del terreno de las islas para dar, como el caso del primero, residencia permanente a 980 familias.